sábado, 7 de marzo de 2020

TEORÍA ÉTICA 11 PERIODO 1


TEORÍA ÉTICA 11
PERIODO 1/2020

REGULACIÓN DEL JUICIO ÉTICO O MORAL

El objeto de análisis de la ética son los actos con valor moral, realizados por los individuos de manera libre, voluntaria y consciente, es decir, aquel sobre los cuales se ejerce de algún modo, un control racional. Pero la ética no solo observa tales actos, sino que busca emitir un juicio sobre los mismos, para intentar determinar si ellos han sido éticamente buenos o éticamente malos.

El hecho de hacer ciertas afirmaciones produce juicios de valor moral que implican a apersonas, grupos, situaciones, cosas o acciones. Por ejemplo, cuando se dice “aquel político es corrupto”, se está haciendo una valoración moral.

Un aborto espontaneo, por ejemplo, no puede ser objeto de juicio moral; porque no ha sido voluntario o no se puede tener control sobre el mismo. En segundo lugar, para elaborar un juicio ético es imprescindible identificar el fin que busca un individuo con sus actos: ¿es un fin en beneficio personal o colectivo?, ¿se realiza en detrimento de otros individuos o de la comunidad?

PRINCIPIOS  MORALES
Son normas o reglas de conducta de carácter general o universal, que orientan la acción del ser humano como ser social. Son principios en la medida en que se constituyen como base, fundamento o cimiento de la actividad humana, para que esta garantice la supervivencia y el buen desarrollo de las comunidades y de los individuos.

En este sentido, los principios morales son el producto de la definición o la determinación de acción y cosas que los seres humanos han señalado como inapropiados o inaceptables en determinadas circunstancias o en determinada época de la historia, creando leyes, máximas o preceptos para contrarrestarlos. De esta forma  se determina como bueno o malo, correcto o incorrecto, apropiado o inapropiado, obligatorio o permitido, cualquier acción o decisión que tenga relación con la supervivencia y el bienestar de la especie, organizada en comunidades, y se crean mecanismos y medidas para evitar los efectos adversos.

En ocasiones dichas determinaciones y sus correspondientes leyes y preceptos, favorecieron a algunos individuos o comunidades, en detrimento de otras personas o grupos.

Por ejemplo, cuando la esclavitud fue aceptada moralmente por algunas sociedades o las mujeres fueron consideradas inferiores  a los hombres. De forma afortunada y progresiva la humanidad se ha acercado a la comprensión y aceptación de la igualdad de todos los seres humanos, sin consideraciones de raza, sexo, credo o cualquier otra condición. En consecuencia, los principios morales se van haciendo realmente universales, sobrepasando los límites de las comunidades y de las naciones hasta llegar a relacionarse con el respeto a la vida, el amor al prójimo, el cuidado del medio ambiente, la solidaridad, la integridad y la responsabilidad, entre muchos otros comportamientos de respeto y actitud practica y razonable, con el mismo objetivo de preservar la especie humana y garantizar su desarrollo armónico.

Una norma por su parte, es una regla o conjunto de reglas con criterio de valor que pretenden establecer un orden de comportamiento, para regular la participación y conducta del individuo en la sociedad. Estas se han establecido para prohibir, obligar, permitir o prevenir determinados actos o comportamientos.


Las normas obran como el timón que sirve para mantener a la sociedad en el rumbo que ella misma ha determinado, por ello son de valor funcional considerable pues organizan y cohesión a los individuos en torno a unas costumbres y conductas que mantienen la organización del grupo y preservan la estabilidad social, dentro de la ruta que ha de llevarla a sus objetivos.



Módulo de Habilidades para la Vida


El concepto de desarrollo humano permite comprender a las personas en su evolución biológica, social y cultural, además que facilita el reconocimiento de sus necesidades, potencialidades, capacidades y derechos.

El  trato  digno  surge  del  reconocimiento  de  la  dignidad  humana  como  fin  del  desarrollo  al  cual  todas  las  personas  tienen  derecho;  además  incluye  un  componente  particular  dentro  de  los  procesos  de  interacción  en  los  cuales  todos  los  implicados  son  sujetos  del  mismo  derecho:  la  dignidad,  por  lo  cual  emergen los conceptos de trato digno o trato no digno en lugar de los conceptos de buen trato o mal trato.

Adicionalmente  a  estos  conceptos,  la  propuesta  también  se  fundamenta  en  la  resiliencia,  la  promoción  de  la  salud  y  las  teorías  del  desarrollo  evolutivo.  Con respecto a la resiliencia, esta es definida como la capacidad humana para enfrentar, sobreponerse y ser fortalecido o transformado por experiencias de adversidad; desenfocándose de las carencias de las personas y resaltando sus aspectos positivos para plantear posibilidades desde éstos (Grotberg, 2003).

La  promoción  de  la  salud,  según  la  cual  se  deben  brindar  herramientas  y  recursos  a  las  personas  y  sus  colectivos  para  el  mejoramiento  de  su  salud  y  para poder ejercer un mayor control sobre ésta, influyendo en aspectos que incrementen  su  bienestar  integral  (Organización  Mundial  de  la  Salud,  1986).  Y  las  teorías  que  explican  el  proceso  de  desarrollo  que  viven  las  personas  a  lo  largo  de  su  proceso  vital,  las  cuales  en  su  mayoría  lo  plantean  como  una  sucesión  de  etapas  a  través  de  las  cuales  se  va  avanzando  en  las  diferentes  áreas: física, moral, social, emocional e intelectual.


Habilidades Para la Vida

La Organización Mundial de la Salud (OMS), concibe las habilidades para vivir como un medio para el desarrollo de competencias psicosociales, entendiendo éstas  últimas  como  “la  habilidad  de  un  individuo  para  enfrentar  de  manera  efectiva las exigencias y retos de la vida diaria”; continúa planteando que “es la capacidad de mantener un estado de bienestar mental y expresarlo a través de un comportamiento adaptativo y positivo en sus interacciones con los demás, con su propia cultura y medio ambiente”.

Así,  se  plantea  el  desarrollo  de  las  competencias  psicosociales  como  un  elemento  fundamental  para  la  promoción  de  la  salud  y  para  la  búsqueda  del  bienestar  integral.  Una  intervención  que  contribuye  al  desarrollo  de  dichas  competencias  es  Habilidades  para  la  Vida,  las  cuales  son  definidas  por  la  OMS como “las aptitudes necesarias para tener un comportamiento adecuado y  positivo  que  permita  a  las  personas  enfrentar  eficazmente  las  exigencias  y  retos de la vida diaria” (Organización Mundial de la Salud, 1993, p. 6).

La  Organización  Panamericana  de  la  Salud  (OPS),  plantea  tres  categorías  de  habilidades: las sociales, las cognitivas y las de control de emociones, las cuales se resumen en el siguiente cuadro:







Sin  embargo,  para  los  objetivos  de  este  texto  se  retomarán  las  habilidades  propuestas por la OMS, las cuales podrían agruparse de la siguiente manera:

 




Las  habilidades  sociales  o  interpersonales  recogen  aquellas  competencias  necesarias   para   interactuar   con   las   demás   personas   y   para   establecer,   mantener  o  terminar  vínculos  con  otros.  Las  habilidades  cognitivas  hacen  referencia a procesos del pensamiento, incluyen la capacidad de representarse mentalmente objetos y fenómenos externos, así como la posibilidad de realizar introspecciones.  Las  habilidades  asociadas  al  manejo  de  emociones  son  competencias que permiten saber identificar, expresar y controlar de forma adecuada las emociones o tensiones presentes en la vida diaria.

En este apartado se incluirá una de las descripciones realizadas por la Institución Educativa Fe y Alegría en el libro de Habilidades para la Vida que surge como proceso  de  sistematización  de  la  experiencia  recogida  en  la  implementación  de  la  prueba  piloto  de  la  estrategia  en  dicha  Institución  (Mantilla,  2002).  Para  la  construcción  de  este  material  se  retoman  definiciones  con  algunas  modificaciones, por considerarse claras y completas, pero sobretodo porque es  importante  resaltar  el  primer  esfuerzo  por  contextualizar  a  la  realidad  Colombiana la propuesta internacional de Habilidades para la Vida.

Comunicación   efectiva   (Asertiva):   tiene   que   ver   con   la   capacidad   de   expresarse,  tanto  verbal  como  preverbalmente,  en  forma  apropiada  a  la  cultura  y  a  las  situaciones.  La  comunicación  efectiva  también  se  relaciona  con  la  habilidad  de  pedir  consejo  o  ayuda  en  momentos  de  necesidad.  Un  comportamiento asertivo implica un conjunto de pensamientos, sentimientos y  acciones  que  ayudan  a  una  persona  a  alcanzar  sus  objetivos  personales  en  forma socialmente aceptable.

Relaciones interpersonales:   esta   destreza   ayuda   a   mantener   vínculos   positivos con las personas con quienes se interactúa; comprende la habilidad necesaria  para  iniciar  y  mantener  relaciones  amistosas  que  son  importantes  para  el  bienestar  mental  y  social,  a  conservar  interacciones  favorables  con  los  miembros  de  la  familia  como  fuente  importante  de  apoyo  social,  y  a  ser  capaces de terminar relaciones de manera constructiva.

Empatía: es la capacidad de “ponerse en los zapatos del otro” e imaginar cómo es  la  vida  para  esa  persona,  incluso  en  situaciones  con  las  que  no  se  está  familiarizado. La empatía ayuda a aceptar a las personas diferentes y a mejorar las interacciones sociales. También fomenta comportamientos solidarios y de apoyo hacia quienes necesitan cuidados, asistencia o aceptación.

Conocimiento de sí mismo: implica que las personas logren reconocer su ser, su carácter, fortalezas, debilidades, gustos y disgustos. Desarrollar un mayor conocimiento  personal  facilita  ver  los  momentos  de  preocupación  o  tensión.  A menudo, este conocimiento es un requisito de la comunicación efectiva, las relaciones  interpersonales  y  la  capacidad  para  desarrollar  empatía  hacia  los  demás.

Toma  de  decisiones:  facilita  a  las  personas  manejar  constructivamente  las  decisiones respecto a su propia vida y la de los demás. Si las personas toman decisiones en forma activa acerca de sus estilos de vida, evaluando opciones y las consecuencias que éstas podrían tener, identificarán consecuencias para su salud y bienestar.

Solución   de   problemas:   permite   enfrentar   de   forma   constructiva   los   problemas en la vida. Esta habilidad se relaciona con la capacidad para resolver conflictos  en  formas  constructivas,  creativas  y  pacíficas,  como  una  vía  para promover una cultura de la paz. Los problemas importantes que no se resuelven pueden convertirse en una fuente de malestar físico y mental y de problemas psicosociales adicionales.

Pensamiento  creativo:  consiste  en  la  utilización  de  los  procesos  básicos  de  pensamiento  para  desarrollar  o  inventar  ideas  o  productos  novedosos,  estéticos, o constructivos, relacionados con preceptos y conceptos, con énfasis en los aspectos del pensamiento que tienen que ver con la iniciativa y la razón. Contribuye  en  la  toma  de  decisiones  y  en  la  solución  de  problemas,  lo  cual  permite explorar las alternativas disponibles y las diferentes consecuencias de nuestras acciones u omisiones. Ayuda a ver más allá de la propia experiencia directa, y aún cuando no exista un problema, o no se haya tomado una decisión, el pensamiento creativo ayuda a responder de manera adaptativa y flexible a las situaciones que se presentan en la vida cotidiana.

Pensamiento crítico: es la habilidad de analizar información y experiencias de manera  objetiva.  El  pensamiento  crítico  contribuye  a  la  salud  y  al  desarrollo  personal y social, porque ayuda a reconocer y evaluar los factores que influyen en  nuestras  actitudes  y  comportamientos  y  los  de  los  demás,  la  violencia,  la  injusticia  y  la  falta  de  equidad  social.  La  persona  crítica  hace  preguntas  y  no  acepta  las  cosas  en  forma  crédula  sin  un  análisis  cuidadoso  en  términos  de  evidencia,  razones  y  suposiciones.  La  persona  adolescente  o  joven  crítica,  aprende  a  hacer  una  lectura  más  personal  y  objetiva  de  la  publicidad  y  la  enorme avalancha de información transmitida a través de los medios masivos de comunicación.

Manejo  de  sentimientos:  ayuda  a  reconocer  los  sentimientos  y  emociones  propias y las de los demás; contribuye a ser conscientes de cómo éstos influyen en nuestro comportamiento social y a responder a ellos en forma apropiada.

Manejo de las tensiones: esta habilidad facilita el reconocimiento de las fuentes de estrés y sus efectos; contribuye al desarrollo de una mayor capacidad para responder  a  ellas,  controlar  su  impacto  y  reducirlas,  por  ejemplo,  haciendo  cambios  en  el  entorno  físico  o  en  el  estilo  de  vida  y  posibilita  el  aprendizaje  de estilos de relajación de tal manera que las tensiones creadas por el estrés inevitable no generen problemas de salud.


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