TEORÍA ÉTICA 11
PERIODO 1/2020
REGULACIÓN DEL JUICIO ÉTICO O MORAL
El objeto de
análisis de la ética son los actos con valor moral, realizados por los
individuos de manera libre, voluntaria y consciente, es decir, aquel sobre los
cuales se ejerce de algún modo, un control racional. Pero la ética no solo
observa tales actos, sino que busca emitir un juicio sobre los mismos, para
intentar determinar si ellos han sido éticamente buenos o éticamente malos.
El hecho de
hacer ciertas afirmaciones produce juicios de valor moral que implican a
apersonas, grupos, situaciones, cosas o acciones. Por ejemplo, cuando se dice
“aquel político es corrupto”, se está haciendo una valoración moral.
Un aborto
espontaneo, por ejemplo, no puede ser objeto de juicio moral; porque no ha sido
voluntario o no se puede tener control sobre el mismo. En segundo lugar, para
elaborar un juicio ético es imprescindible identificar el fin que busca un
individuo con sus actos: ¿es un fin en beneficio personal o colectivo?, ¿se
realiza en detrimento de otros individuos o de la comunidad?
PRINCIPIOS MORALES
Son normas o
reglas de conducta de carácter general o universal, que orientan la acción del
ser humano como ser social. Son principios en la medida en que se constituyen
como base, fundamento o cimiento de la actividad humana, para que esta
garantice la supervivencia y el buen desarrollo de las comunidades y de los
individuos.
En este
sentido, los principios morales son el producto de la definición o la
determinación de acción y cosas que los seres humanos han señalado como
inapropiados o inaceptables en determinadas circunstancias o en determinada
época de la historia, creando leyes, máximas o preceptos para contrarrestarlos.
De esta forma se determina como bueno o
malo, correcto o incorrecto, apropiado o inapropiado, obligatorio o permitido,
cualquier acción o decisión que tenga relación con la supervivencia y el
bienestar de la especie, organizada en comunidades, y se crean mecanismos y
medidas para evitar los efectos adversos.
En ocasiones
dichas determinaciones y sus correspondientes leyes y preceptos, favorecieron a
algunos individuos o comunidades, en detrimento de otras personas o grupos.
Por ejemplo,
cuando la esclavitud fue aceptada moralmente por algunas sociedades o las
mujeres fueron consideradas inferiores a
los hombres. De forma afortunada y progresiva la humanidad se ha acercado a la
comprensión y aceptación de la igualdad de todos los seres humanos, sin
consideraciones de raza, sexo, credo o cualquier otra condición. En
consecuencia, los principios morales se van haciendo realmente universales,
sobrepasando los límites de las comunidades y de las naciones hasta llegar a
relacionarse con el respeto a la vida, el amor al prójimo, el cuidado del medio
ambiente, la solidaridad, la integridad y la responsabilidad, entre muchos
otros comportamientos de respeto y actitud practica y razonable, con el mismo
objetivo de preservar la especie humana y garantizar su desarrollo armónico.
Una norma por
su parte, es una regla o conjunto de reglas con criterio de valor que pretenden
establecer un orden de comportamiento, para regular la participación y conducta
del individuo en la sociedad. Estas se han establecido para prohibir, obligar,
permitir o prevenir determinados actos o comportamientos.
Las normas
obran como el timón que sirve para mantener a la sociedad en el rumbo que ella
misma ha determinado, por ello son de valor funcional considerable pues
organizan y cohesión a los individuos en torno a unas costumbres y conductas
que mantienen la organización del grupo y preservan la estabilidad social,
dentro de la ruta que ha de llevarla a sus objetivos.
Módulo
de Habilidades para la Vida
El concepto de
desarrollo humano permite comprender a las personas en su evolución biológica,
social y cultural, además que facilita el reconocimiento de sus necesidades,
potencialidades, capacidades y derechos.
El trato
digno surge del
reconocimiento de la
dignidad humana como
fin del desarrollo
al cual todas
las personas tienen
derecho; además incluye
un componente particular
dentro de los
procesos de interacción
en los cuales
todos los implicados
son sujetos del mismo
derecho: la dignidad,
por lo cual
emergen los conceptos de trato digno o trato no digno en lugar de los
conceptos de buen trato o mal trato.
Adicionalmente a
estos conceptos, la
propuesta también se
fundamenta en la
resiliencia, la promoción
de la salud
y las teorías
del desarrollo evolutivo.
Con respecto a la resiliencia, esta es definida como la capacidad humana
para enfrentar, sobreponerse y ser fortalecido o transformado por experiencias
de adversidad; desenfocándose de las carencias de las personas y resaltando sus
aspectos positivos para plantear posibilidades desde éstos (Grotberg, 2003).
La promoción
de la salud,
según la cual
se deben brindar
herramientas y recursos
a las personas
y sus colectivos
para el mejoramiento
de su salud
y para poder ejercer un mayor
control sobre ésta, influyendo en aspectos que incrementen su
bienestar integral (Organización
Mundial de la
Salud, 1986). Y
las teorías que
explican el proceso
de desarrollo que
viven las personas
a lo largo
de su proceso
vital, las cuales
en su mayoría
lo plantean como
una sucesión de
etapas a través
de las cuales
se va avanzando
en las diferentes
áreas: física, moral, social, emocional e intelectual.
Habilidades Para la Vida
La Organización Mundial
de la Salud (OMS), concibe las habilidades para vivir como un medio para el
desarrollo de competencias psicosociales, entendiendo éstas últimas
como “la habilidad
de un individuo
para enfrentar de
manera efectiva las exigencias y
retos de la vida diaria”; continúa planteando que “es la capacidad de mantener
un estado de bienestar mental y expresarlo a través de un comportamiento
adaptativo y positivo en sus interacciones con los demás, con su propia cultura
y medio ambiente”.
Así, se
plantea el desarrollo
de las competencias
psicosociales como un
elemento fundamental para
la promoción de
la salud y
para la búsqueda
del bienestar integral.
Una intervención que
contribuye al desarrollo
de dichas competencias
es Habilidades para
la Vida, las
cuales son definidas
por la OMS como “las aptitudes necesarias para tener
un comportamiento adecuado y
positivo que permita
a las personas
enfrentar eficazmente las
exigencias y retos de la vida diaria” (Organización
Mundial de la Salud, 1993, p. 6).
La Organización
Panamericana de la
Salud (OPS), plantea
tres categorías de
habilidades: las sociales, las cognitivas y las de control de emociones,
las cuales se resumen en el siguiente cuadro:
Sin embargo,
para los objetivos
de este texto
se retomarán las
habilidades propuestas por la
OMS, las cuales podrían agruparse de la siguiente manera:
Las habilidades
sociales o interpersonales recogen
aquellas competencias necesarias
para interactuar con
las demás personas
y para establecer,
mantener o terminar
vínculos con otros.
Las habilidades cognitivas
hacen referencia a procesos del
pensamiento, incluyen la capacidad de representarse mentalmente objetos y
fenómenos externos, así como la posibilidad de realizar introspecciones. Las habilidades asociadas
al manejo de
emociones son competencias que permiten saber identificar,
expresar y controlar de forma adecuada las emociones o tensiones presentes en
la vida diaria.
En este apartado se
incluirá una de las descripciones realizadas por la Institución Educativa Fe y
Alegría en el libro de Habilidades para la Vida que surge como proceso de
sistematización de la experiencia recogida
en la implementación de
la prueba piloto
de la estrategia
en dicha Institución
(Mantilla, 2002). Para
la construcción de
este material se
retoman definiciones con
algunas modificaciones, por
considerarse claras y completas, pero sobretodo porque es importante
resaltar el primer
esfuerzo por contextualizar a
la realidad Colombiana la propuesta internacional de
Habilidades para la Vida.
Comunicación
efectiva (Asertiva): tiene que
ver con la
capacidad de expresarse,
tanto verbal como
preverbalmente, en forma
apropiada a la
cultura y a
las situaciones. La
comunicación efectiva también
se relaciona con la
habilidad de pedir
consejo o ayuda
en momentos de
necesidad. Un comportamiento asertivo implica un conjunto
de pensamientos, sentimientos y acciones que
ayudan a una
persona a alcanzar
sus objetivos personales
en forma socialmente aceptable.
Relaciones interpersonales: esta destreza
ayuda a mantener
vínculos positivos con las
personas con quienes se interactúa; comprende la habilidad necesaria para
iniciar y mantener
relaciones amistosas que
son importantes para
el bienestar mental
y social, a
conservar interacciones favorables
con los miembros
de la familia
como fuente importante
de apoyo social,
y a ser
capaces de terminar relaciones de manera constructiva.
Empatía: es la
capacidad de “ponerse en los zapatos del otro” e imaginar cómo es la
vida para esa
persona, incluso en
situaciones con las
que no se
está familiarizado. La empatía
ayuda a aceptar a las personas diferentes y a mejorar las interacciones
sociales. También fomenta comportamientos solidarios y de apoyo hacia quienes
necesitan cuidados, asistencia o aceptación.
Conocimiento de sí mismo: implica que las personas logren reconocer su ser,
su carácter, fortalezas, debilidades, gustos y disgustos. Desarrollar un mayor
conocimiento personal facilita
ver los momentos
de preocupación o
tensión. A menudo, este
conocimiento es un requisito de la comunicación efectiva, las relaciones interpersonales y
la capacidad para
desarrollar empatía hacia
los demás.
Toma de decisiones: facilita
a las personas
manejar constructivamente las
decisiones respecto a su propia vida y la de los demás. Si las personas
toman decisiones en forma activa acerca de sus estilos de vida, evaluando
opciones y las consecuencias que éstas podrían tener, identificarán
consecuencias para su salud y bienestar.
Solución
de problemas:
permite enfrentar de
forma constructiva los
problemas en la vida. Esta habilidad se relaciona con la capacidad para resolver
conflictos en formas
constructivas, creativas y pacíficas, como
una vía para promover una cultura de la paz. Los
problemas importantes que no se resuelven pueden convertirse en una fuente de
malestar físico y mental y de problemas psicosociales adicionales.
Pensamiento
creativo: consiste
en la utilización
de los procesos
básicos de pensamiento
para desarrollar o
inventar ideas o
productos novedosos, estéticos, o constructivos, relacionados con
preceptos y conceptos, con énfasis en los aspectos del pensamiento que tienen
que ver con la iniciativa y la razón. Contribuye en
la toma de
decisiones y en
la solución de
problemas, lo cual
permite explorar las alternativas disponibles y las diferentes
consecuencias de nuestras acciones u omisiones. Ayuda a ver más allá de la
propia experiencia directa, y aún cuando no exista un problema, o no se haya
tomado una decisión, el pensamiento creativo ayuda a responder de manera
adaptativa y flexible a las situaciones que se presentan en la vida cotidiana.
Pensamiento crítico: es la habilidad de analizar información y
experiencias de manera objetiva. El
pensamiento crítico contribuye
a la salud
y al desarrollo
personal y social, porque ayuda a reconocer y evaluar los factores que
influyen en nuestras actitudes
y comportamientos y
los de los
demás, la violencia,
la injusticia y
la falta de
equidad social. La
persona crítica hace
preguntas y no
acepta las cosas
en forma crédula
sin un análisis
cuidadoso en términos
de evidencia, razones
y suposiciones. La
persona adolescente o
joven crítica, aprende
a hacer una
lectura más personal
y objetiva de
la publicidad y
la enorme avalancha de
información transmitida a través de los medios masivos de comunicación.
Manejo
de sentimientos: ayuda a
reconocer los sentimientos
y emociones propias y las de los demás; contribuye a ser
conscientes de cómo éstos influyen en nuestro comportamiento social y a responder
a ellos en forma apropiada.
Manejo de las tensiones: esta habilidad facilita el reconocimiento de las
fuentes de estrés y sus efectos; contribuye al desarrollo de una mayor
capacidad para responder a ellas,
controlar su impacto
y reducirlas, por
ejemplo, haciendo cambios
en el entorno
físico o en
el estilo de
vida y posibilita
el aprendizaje de estilos de relajación de tal manera que
las tensiones creadas por el estrés inevitable no generen problemas de salud.